Desde el viernes 1 de octubre, Guillermo Araya Huerta asumió la dirección de la Academia Nacional de Bomberos (ANB). Casado hace 12 años, es profesor de Educación General Básica formado en la Pontificia Universidad Católica de Chile, y posee además el título de Experto en Prevención de Riesgos de Inacap. Ha complementado sus estudios con diversas especializaciones y diplomados en materia de dirección de negocios (U. de Chile), políticas y gestión educacional, y dirección estratégica de organizaciones (U. Andrés Bello), entre otros.
Desde niño tuvo conocimientos de la actividad bomberil en virtud de que su padre – voluntario del Cuerpo de Bomberos de Santiago – lo acercara a este mundo. Una vez terminados sus estudios en pedagogía, ingresó a las filas de la Sexta Compañía de la misma institución capitalina. En abril pasado recibió su premio de Constancia por 15 años de servicios.
En la Compañía de “Salvadores y Guardias de Propiedad” desempeñó los cargos de Ayudante y Secretario, y también integró el Consejo de Disciplina. Además participa en el Grupo de Reconocimiento e Intervención en Medios Peligrosos (Grimp). Cursó esta instrucción en Chile y en Francia, obteniendo el nivel IMP3 que lo habilita, además de operador de rescate, como jefe de grupo e instructor de esta especialidad. Conforme a los requisitos exigidos por la propia Academia Nacional de Bomberos, Araya está certificado como instructor de la misma desde el año 2008.
El Director de la Academia Nacional, durante su instrucción de rescate en Francia.
Dentro de su formación profesional, posee una vasta experiencia en ámbitos de la educación. Su Currículum Vítae destaca su trabajo para una casa de estudios profesionales, en la cual le correspondió implementar la carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos, para luego asumir la Jefatura de la misma por un periodo de dos años.
Posteriormente, es designado Director Académico de la filial en Curicó, y luego asume como Director de la sede. En ese lugar, donde se educaban del orden de 700 estudiantes, le correspondió dirigir los lineamientos propios de su cargo. Además, debió generar la inclusión de nuevas carreras, que hasta hoy se imparten en esa casa de estudios.
Por último, Araya se desempeñó como Secretario de Estudios a nivel nacional, del Centro de Formación Técnica, creado por la misma casa de estudios superiores.
El futuro de la ANB
Ante la vacante generada en la función de Director de la Academia Nacional de Bomberos, la Junta Nacional de Bomberos realizó el llamado a concurso público, para proveer candidatos para el cargo (ver recuadro). Avalado por su extensa experiencia en materias de gestión académicas, el Directorio Nacional optó por el nombre de Guillermo Araya Huerta para desempeñar dicha función.
Consciente del trabajo que representa la dirección del estamento capacitador, Araya manifestó que su intención es forjar una “Academia Nacional de Bomberos sólida, fuerte, de mayor capacidad operativa y de altas competencias técnicas”. Agregó que el ideal será que “Para que la Junta Nacional de Bomberos cumpla a cabalidad lo que la misión y visión institucional le exige como referente nacional e internacional, la Academia deberá constituirse en uno de sus pilares fundamentales. Eso está establecido formalmente en la documentación que hoy día está vigente en nuestra institución”. Concluyó advirtiendo que “para que lleguemos a eso, día a día, paso a paso, vamos a tener que ir tomando decisiones que impliquen un cambio”.
En la fotografía, Guillermo Araya se descuelga desde un helicóptero, durante un ejercicio.
Enfatizó que su intención es “que todos los Cuerpos de Bomberos del país puedan acceder a la formación que se requiere, tanto en lo genérico como según las características propias de sus respectivos servicios”. Argumentó sus palabras señalando que “El servicio bomberil es muy particular porque de alguna u otra manera se mueve con la tradición, más que centenaria en muchos lugares. Sin embargo, las características de los siniestros que nos afectan hoy, son distintos a los que nos afectaban hace 100 años. Por eso, el tipo de formación que necesita hoy el bombero, requiere de algunos elementos que no existían hace 100 o 50 años atrás”.
Puntualizó la necesidad de alcanzar una formación estandarizada, común para todos los bomberos: “Mi primer objetivo es la cobertura, y en segundo lugar, también es cierto que producto de estas diferencias en el servicio, que hoy demandan mayor tecnificación, necesitamos generar actividades de formación que resulten propias a las necesidades específicas de algunos lugares, ya sea por diferencia geográfica o el tipo de emergencias que atienden”.
Concluyó manifestando que, a futuro, la Academia Nacional de Bomberos debe ser capaz de desarrollar eficientemente otras tareas que le impone su propio reglamento, paralelas a la formación “por lo tanto, nosotros tenemos que apuntar a que el día de mañana generemos investigación y actividades de extensión, que nos vinculen con otros organizaciones que también requieren de la experiencia que Bomberos posee. Bomberos tiene que ser capaz de demostrar esa experiencia, y que otros saquen provecho de ella también”.
Desde niño tuvo conocimientos de la actividad bomberil en virtud de que su padre – voluntario del Cuerpo de Bomberos de Santiago – lo acercara a este mundo. Una vez terminados sus estudios en pedagogía, ingresó a las filas de la Sexta Compañía de la misma institución capitalina. En abril pasado recibió su premio de Constancia por 15 años de servicios.
En la Compañía de “Salvadores y Guardias de Propiedad” desempeñó los cargos de Ayudante y Secretario, y también integró el Consejo de Disciplina. Además participa en el Grupo de Reconocimiento e Intervención en Medios Peligrosos (Grimp). Cursó esta instrucción en Chile y en Francia, obteniendo el nivel IMP3 que lo habilita, además de operador de rescate, como jefe de grupo e instructor de esta especialidad. Conforme a los requisitos exigidos por la propia Academia Nacional de Bomberos, Araya está certificado como instructor de la misma desde el año 2008.
El Director de la Academia Nacional, durante su instrucción de rescate en Francia.
Dentro de su formación profesional, posee una vasta experiencia en ámbitos de la educación. Su Currículum Vítae destaca su trabajo para una casa de estudios profesionales, en la cual le correspondió implementar la carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos, para luego asumir la Jefatura de la misma por un periodo de dos años.
Posteriormente, es designado Director Académico de la filial en Curicó, y luego asume como Director de la sede. En ese lugar, donde se educaban del orden de 700 estudiantes, le correspondió dirigir los lineamientos propios de su cargo. Además, debió generar la inclusión de nuevas carreras, que hasta hoy se imparten en esa casa de estudios.
Por último, Araya se desempeñó como Secretario de Estudios a nivel nacional, del Centro de Formación Técnica, creado por la misma casa de estudios superiores.
El futuro de la ANB
Ante la vacante generada en la función de Director de la Academia Nacional de Bomberos, la Junta Nacional de Bomberos realizó el llamado a concurso público, para proveer candidatos para el cargo (ver recuadro). Avalado por su extensa experiencia en materias de gestión académicas, el Directorio Nacional optó por el nombre de Guillermo Araya Huerta para desempeñar dicha función.
Consciente del trabajo que representa la dirección del estamento capacitador, Araya manifestó que su intención es forjar una “Academia Nacional de Bomberos sólida, fuerte, de mayor capacidad operativa y de altas competencias técnicas”. Agregó que el ideal será que “Para que la Junta Nacional de Bomberos cumpla a cabalidad lo que la misión y visión institucional le exige como referente nacional e internacional, la Academia deberá constituirse en uno de sus pilares fundamentales. Eso está establecido formalmente en la documentación que hoy día está vigente en nuestra institución”. Concluyó advirtiendo que “para que lleguemos a eso, día a día, paso a paso, vamos a tener que ir tomando decisiones que impliquen un cambio”.
En la fotografía, Guillermo Araya se descuelga desde un helicóptero, durante un ejercicio.
Enfatizó que su intención es “que todos los Cuerpos de Bomberos del país puedan acceder a la formación que se requiere, tanto en lo genérico como según las características propias de sus respectivos servicios”. Argumentó sus palabras señalando que “El servicio bomberil es muy particular porque de alguna u otra manera se mueve con la tradición, más que centenaria en muchos lugares. Sin embargo, las características de los siniestros que nos afectan hoy, son distintos a los que nos afectaban hace 100 años. Por eso, el tipo de formación que necesita hoy el bombero, requiere de algunos elementos que no existían hace 100 o 50 años atrás”.
Puntualizó la necesidad de alcanzar una formación estandarizada, común para todos los bomberos: “Mi primer objetivo es la cobertura, y en segundo lugar, también es cierto que producto de estas diferencias en el servicio, que hoy demandan mayor tecnificación, necesitamos generar actividades de formación que resulten propias a las necesidades específicas de algunos lugares, ya sea por diferencia geográfica o el tipo de emergencias que atienden”.
Concluyó manifestando que, a futuro, la Academia Nacional de Bomberos debe ser capaz de desarrollar eficientemente otras tareas que le impone su propio reglamento, paralelas a la formación “por lo tanto, nosotros tenemos que apuntar a que el día de mañana generemos investigación y actividades de extensión, que nos vinculen con otros organizaciones que también requieren de la experiencia que Bomberos posee. Bomberos tiene que ser capaz de demostrar esa experiencia, y que otros saquen provecho de ella también”.