Cruel paradoja: jefe de bomberos perdió a esposa y dos nietos en incendio de su casa
A penas habían transcurrido algunos minutos del 2008 y después de darle el abrazo a toda su familia, el director de la Primera Compañía de Bomberos de Angol, Carlos Aravena Núñez, se dirigió a cumplir con su deber. El experimentado voluntario iba a colaborar como organizador en el baile de Año Nuevo a beneficio de su institución, que se realizaba en las dependencias del cuartel.
A las cuatro de la mañana sonó la alarma, pero el director no integró el grupo de emergencias. Fueron sus hombres los que, al llegar a la villa Las Araucarias, se llevaron una trágica sorpresa.
“Nos dimos cuenta de que las llamas eran en la misma casa de Carlos”, recuerda el comandante Joel Alvarado, íntimo amigo del voluntario y quien se vio sorpresivamente como el encargado de combatir el incendio en el domicilio de su camarada.
“Yo tuve que llamarlo y darle la noticia para que se viniera de inmediato. Estábamos todos impactados”, agrega el comandante. Al llegar a su vivienda, el bombero se encontró con que el fuego había matado a su esposa, Gloria Muñoz, de 51 años, y a sus nietos Camila, de 13, y Orlando, de 7.
“Hicimos todo lo posible por salvarlos, nosotros los conocíamos desde hace años, eran como nuestra familia”, recalcó consternado el comandante Alvarado, quien acompañó a su amigo sin dormir hasta el mediodía, cuando ambos acudieron al Servicio Médico Legal a retirar los cuerpos.
La investigación quedó en manos del fiscal Luis Chamorro. La hipótesis que baraja Bomberos es que el fuego se originó en una vela que quedó encendida después del apagón que oscureció por algunos minutos a la ciudad de la Novena Región.
“La abuela y los dos nietos dormían en el primer piso, que se consumió. En el segundo estaban sus madres, que se salvaron saltando por una ventana”, relató acongojado Luis Aravena, hermano del shockeado director bomberil. “Él no puede hablar, está destruido. Lleva 40 años de voluntario, y nunca pensó que le podía suceder una tragedia así”, comentó.
Las víctimas fatales estaban siendo veladas en el mismo salón del cuartel donde se realizó el baile de Año Nuevo, en espera de los funerales que se realizarán esta tarde.
Fuente: Lun.com
A penas habían transcurrido algunos minutos del 2008 y después de darle el abrazo a toda su familia, el director de la Primera Compañía de Bomberos de Angol, Carlos Aravena Núñez, se dirigió a cumplir con su deber. El experimentado voluntario iba a colaborar como organizador en el baile de Año Nuevo a beneficio de su institución, que se realizaba en las dependencias del cuartel.
A las cuatro de la mañana sonó la alarma, pero el director no integró el grupo de emergencias. Fueron sus hombres los que, al llegar a la villa Las Araucarias, se llevaron una trágica sorpresa.
“Nos dimos cuenta de que las llamas eran en la misma casa de Carlos”, recuerda el comandante Joel Alvarado, íntimo amigo del voluntario y quien se vio sorpresivamente como el encargado de combatir el incendio en el domicilio de su camarada.
“Yo tuve que llamarlo y darle la noticia para que se viniera de inmediato. Estábamos todos impactados”, agrega el comandante. Al llegar a su vivienda, el bombero se encontró con que el fuego había matado a su esposa, Gloria Muñoz, de 51 años, y a sus nietos Camila, de 13, y Orlando, de 7.
“Hicimos todo lo posible por salvarlos, nosotros los conocíamos desde hace años, eran como nuestra familia”, recalcó consternado el comandante Alvarado, quien acompañó a su amigo sin dormir hasta el mediodía, cuando ambos acudieron al Servicio Médico Legal a retirar los cuerpos.
La investigación quedó en manos del fiscal Luis Chamorro. La hipótesis que baraja Bomberos es que el fuego se originó en una vela que quedó encendida después del apagón que oscureció por algunos minutos a la ciudad de la Novena Región.
“La abuela y los dos nietos dormían en el primer piso, que se consumió. En el segundo estaban sus madres, que se salvaron saltando por una ventana”, relató acongojado Luis Aravena, hermano del shockeado director bomberil. “Él no puede hablar, está destruido. Lleva 40 años de voluntario, y nunca pensó que le podía suceder una tragedia así”, comentó.
Las víctimas fatales estaban siendo veladas en el mismo salón del cuartel donde se realizó el baile de Año Nuevo, en espera de los funerales que se realizarán esta tarde.
Fuente: Lun.com