En calidad de imputado permanece detenido en la Clínica Mayor, Rodrigo Sepúlveda, quien la tarde del lunes conducía el carrobomba que volcó en el sector Bajo Malleco y en donde fallecieron dos voluntarios de la Segunda Compañía. Los primeros antecedentes que maneja la Fiscalía lo sindican como el responsable del accidente.
Según precisó el persecutor Héctor Leiva, "hay una responsabilidad del conductor en esta primera etapa de la investigación, de cómo enfrentó la curva y la velocidad" agregando que se está a la espera de una mejora en su cuadro de salud para poder hacer efectiva la formalización por cuasidelito de homicidio con resultado de muerte y lesiones.
Otro hecho que se encuentra en etapa de investigación por parte de los fiscales Héctor Leiva y Ricardo Traipe, tiene relación con las condiciones en las cuales se hizo efectivo el viaje hacia el lugar de la emergencia ya que, según se ha podido establecer por parte de Carabineros y el Ministerio Público, en el carrobomba iban seis personas en su interior y las víctimas (Jeyson Salamanca y María Patricia Marín) lo hacían en un espacio no habilitado para pasajeros.
Al respecto, el fiscal Leiva sostuvo que "la normativa de la Ley de Tránsito se aplica de la misma forma a los vehículos de emergencia (donde está incluido Bomberos). El conductor de dicho vehículo tiene que adoptar las medidas de seguridad para todos los pasajeros, en este caso el conductor es responsable de la conducción del vehículo a una velocidad razonable y prudente".
Respecto de la eventual formalización, el persecutor precisó que se está a la espera de una evolución favorable del paciente, ya que, en las actuales condiciones no se puede desarrollar una audiencia".
Retiro de cuerpos
Cerca de las 13 horas llegaron los familiares de las víctimas en el accidente. Lo hicieron es una van de Bomberos y a pesar del dolor, una familiar de Jeyson Salamanca declaró el sentimiento de la familia tras la tragedia.
La encargada de dar la cara fue Nancy Stuardo. Ella, reconoció que la familia está "muy dolida" aunque luego aseveró, casi en un acto de resignación que "ellos (Jeyson Salamanca y María Patricia Marín) fallecieron cumpliendo su deber, era lo que les gustaba".
En su cara a cara con los medios de comunicación apostados en las afueras del SML de Temuco, Stuardo recordó los últimos minutos con vida de su sobrino, señalando que "salió de su casa a su trabajo y de allí a Bomberos. Salió un llamado y se fue. No regresó más".
Junto con agradecer las inmensas muestras de cariño y acompañamiento que han recibido como familia, Nancy Stuardo le pidió "un poco de conciencia" a las personas que originaron el incendio, que fue el preludio de la muerte de los dos voluntarios.
Sobre lo último, la familiar de Jeyson Salamanca dijo que "sentimiento no creo que tengan. Sería muy lindo que vieran lo que pasó, lo que provocaron, que vieron esto que para nosotros es un dolor, ¿no sé si ellos lo harán con rabia? Pero acá mueren personas que no tienen nada que ver".
Culminado todo el proceso en el Servicio Médico Legal de Temuco, en las afueras del recinto, tres carros de Bomberos estaban apostados en la calle Blanco Encalada. En cosa de minutos, 23 voluntarios se ubicaron en una rigurosa fila para aguardar el triste momento en que iban a ser retirados los cuerpos de Jeyson Salamanca Salamanca (21) y María Patricia Marín (40), fallecidos en instantes en que iban junto a otros cuatro compañeros más a combatir un incendio declarado en Collipulli.
La espera se prolongó por varios minutos, pero cuando estos salieron desde el interior del SML de Temuco en las carrozas fúnebres, de inmediato las balizas se iluminaron, dando pie al momento más emocionante en la historia de los chicos buenos de Collipulli. No hubo aplausos, pero si un silencio rotundo que se mezclaba con el dolor por la pérdida de los dos voluntarios, entre ellos el de María Patricia Marín, la primera mujer mártir de la institución.
Uno de los tantos que se hicieron presente en el trágico momento fue el comandante Joel Cárcamo. En pocas palabras dejó en claro que "todavía no asimilamos lo que nos está sucediendo, es como un mal sueño", dijo aún dolido por lo sucedido.
Luego reconoció que la situación emocionalmente "es muy compleja", pensando en los otros 100 voluntarios que al igual que toda la institución, les cuesta aceptar que dos de sus compañeros ya no serán más compañeros de cuartel.
Fuente: soytemuco.cl
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