La angustia y la desesperación se apoderaron del sector sur de Chillán ayer, cuando un incendio dio cuenta de la vida de un hombre de 65 años, que por espacio de 45 minutos se aferró al último hálito de su existencia.
Eran cerca de las 17 horas cuando una densa capa de humo se apoderó de la calle Padre Hurtado, en la Villa Los Nogales, y aunque los vecinos intentaron menguar la emergencia en la casa número 30, sólo la labor de Bomberos logró extinguir el incesante y dantesco panorama. Sin embargo, uno de los residentes del sector advirtió que al interior de la casa había una persona. Nadie sabía quién era, nadie conocía su nombre, sólo que era urgente rescatarlo de la tóxica sustancia.
Fue en ese momento cuando dos voluntarios del Cuerpo de Bomberos ingresaron al siniestrado inmueble, donde encontraron postrado a los pies de una cama a Aladino Antonio Sandoval Contreras, quien fue sacado a rastras ante la expectación de los lugareños.
Aladino no reaccionaba, primero Bomberos realizó las labores de reanimación, luego fue el turno de personal del SAMU, pero nadie pudo revivir al hombre oriundo de Pinto, quien llegó a Chillán a pasar unos días con sus nietos. Murió a las 18.13 horas, instante en que le comunicaron la noticia a los familiares, que a su lado y con los ojos llenos de lágrimas se aferraban a la esperanza de su reacción.
“Vino unos días a Chillán, es mi papá, era jubilado”, fueron las palabras de su hijo José Antonio, quien con un gorro y abrigado con su parka no podía creer los designios de la fría tarde.
Un miembro de la junta de vecinos, José Luis, dijo que “no sabemos bien quien es, sólo que llegaron hace poco y que viven en la casa de al fondo, parece que es una familia”.
Las palabras del vecino tienen parte de verdad, pues la casa quemada es de propiedad de Virginia López, quien le arrendó el inmueble hace tres meses a José Luis Cofré y Guillermina Sandoval, hija de Aladino Sandoval, quienes tenían dos hijos de cinco y tres años, precisamente los nietos que fue a visitar el fallecido abuelo. Ninguno de los miembros de la familia estaban en la casa al momento del incendio, los padres estaban trabajando y los niños en un jardín infantil.
La segunda víctima del incendio fue identificada sólo como Ángela, de 27 años, quien resultó con heridas catalogadas como leves y que fue trasladada hasta el Hospital Herminda Martín. Familiares indicaron que Ángela estaba al cuidado de Aladino.
El comandante segundo de la Compañía de Bomberos, Enrique Véjar, dijo que “la emergencia se generó en el interior de una vivienda, la cual tomó a otras aledañas, pero se logró controlar su propagación, además enfrentamos una situación muy compleja. Se formó un grupo de búsqueda, se logró encontrar a la persona, pero lamentablemente...”, sentenció con voz entrecortada a pesar de su experiencia.
Nota aparte merecen los voluntarios Cristian Jara, de la Tercera Compañía y Felipe Navarrete de la Cuarta, quienes rescataron el cuerpo y que tras su acción terminaron con principio de asfixia.
La casa se ubica al fondo de una especie de pasillo, por lo que escapar de la situación era un reto extremo, más aún si se considera que a la entrada del grupo de casas estaba estacionado un auto que dificultaba el paso y también el libre ingreso de Bomberos.
Según trascendió preliminarmente, el origen del incendio sería una estufa a leña que se recalentó y sobre la cual había ropa tendida que ayudó a la propagación del humo, que terminó con una nueva víctima en este invierno 2010.
Fuente: diarioladiscusion.cl
