Chaitén se quedó sin bomberos
Volcán en erupción y violenta tormenta con rayos
Óscar Valenzuela / Chaitén
Los alrededor de 100 habitantes que resisten la furia de la naturaleza en Chaitén vivieron la noche del viernes la peor de sus pesadillas. Al trepidar de la explosiones del volcán a sólo 10 kilómetros de distancia y a la lluvia de cenizas y el olor a azufre, se unió la más violenta tormenta eléctrica que se recuerde en los últimos años. Sólo el infierno podía ser igual.
Era una sinfonía de sordos ruidos telúricos, sismos, y truenos precedidos de silbantes rayos que caían en medio de la nada, iluminando de paso el paisaje ceniciento que sobrecoge al más bizarro.
Anoche nuevamente se vivió esa experiencia espeluznante.
En medio de las tinieblas surge la imagen del cabo primero de Ejército Hardy Barría.
El uniformado llegó apenas en febrero a Chaitén, para formar una unidad militar. En ese entonces, en el poblado había bastante gente. Hoy son cada vez menos las personas evacuadas. Entre ellos, el militar de 32 años, quien de la noche a la mañana y sin buscarlo se vio convertido en quizá la principal autoridad de un pueblo fantasma.
Al momento de declararse la emergencia, los médicos del hospital local se unieron a la gente que abordó los barcos dispuestos por la Armada para que salieran de la zona, ante la inminente erupción. “Como soy enfermero, el director me pasó las llaves y dijo que el hospital quedaba bajo mi responsabilidad”, asegura el cabo Barría.
Pero no sólo eso. El cuartel de Bomberos también se quedó sin voluntarios, los que se embarcaron con sus familias hacia Castro o Puerto Montt. La única opción de este pueblo desierto nuevamente fue el militar.
“Hice un curso de combate del fuego, así que me dieron la confianza para dejarme a cargo de la compañía”, explica orgulloso desde el cuartel, que tiene los uniformes colgados y la alarma silenciosa.
Ayer, con una tóxica nube oscura sobre todas las calles, y los tétricos ruidos subterráneos que nos recuerdan a todos la cercanía del infernal volcán, el cabo Barría conduce la ambulancia y guarda las llaves de los dos carros de bomberos de la zona, que ayer cumplió su tercer día sin agua.
“Las autoridades son las que están a cargo, pero si hay alguna emergencia, me tengo que encargar”, aclara tajante.
Como muchos lugareños, el cabo está solo, luego que su esposa e hijos ya salieron de la zona devastada. De hecho, según los cálculos de la Onemi, en Chaitén actualmente quedarían apenas unas cien personas, que son las que se han negado a abandonar sus casas. Entre ellos se han repartido máscaras, gotas para los ojos e inhaladores.
Por si fuera poco su espíritu de servicio, el uniformado también se responsabilizó de cuatro vehículos particulares. “Los dueños me pìdieron que los cuidara, y que los embarcara en algún transbordador. A uno de ellos ni siquiera lo conocía”, comenta.
-¿Por qué cree que le dejaron todo a su cuidado?
-Yo creo que en el minuto la cosa era salir del pueblo, más que nada, y como me tenían confianza, me dejaron a cargo.
-¿Hasta cuándo se queda en Chaitén?
-Hasta que pase la emergencia.
Fuente: Lun.com
Con la finalidad de centralizar los posteos, este tema se está debatiendo en:
http://www.elbombero.cl/comunidad/index.php?topic=12674
Volcán en erupción y violenta tormenta con rayos
Óscar Valenzuela / Chaitén
Los alrededor de 100 habitantes que resisten la furia de la naturaleza en Chaitén vivieron la noche del viernes la peor de sus pesadillas. Al trepidar de la explosiones del volcán a sólo 10 kilómetros de distancia y a la lluvia de cenizas y el olor a azufre, se unió la más violenta tormenta eléctrica que se recuerde en los últimos años. Sólo el infierno podía ser igual.
Era una sinfonía de sordos ruidos telúricos, sismos, y truenos precedidos de silbantes rayos que caían en medio de la nada, iluminando de paso el paisaje ceniciento que sobrecoge al más bizarro.
Anoche nuevamente se vivió esa experiencia espeluznante.
En medio de las tinieblas surge la imagen del cabo primero de Ejército Hardy Barría.
El uniformado llegó apenas en febrero a Chaitén, para formar una unidad militar. En ese entonces, en el poblado había bastante gente. Hoy son cada vez menos las personas evacuadas. Entre ellos, el militar de 32 años, quien de la noche a la mañana y sin buscarlo se vio convertido en quizá la principal autoridad de un pueblo fantasma.
Al momento de declararse la emergencia, los médicos del hospital local se unieron a la gente que abordó los barcos dispuestos por la Armada para que salieran de la zona, ante la inminente erupción. “Como soy enfermero, el director me pasó las llaves y dijo que el hospital quedaba bajo mi responsabilidad”, asegura el cabo Barría.
Pero no sólo eso. El cuartel de Bomberos también se quedó sin voluntarios, los que se embarcaron con sus familias hacia Castro o Puerto Montt. La única opción de este pueblo desierto nuevamente fue el militar.
“Hice un curso de combate del fuego, así que me dieron la confianza para dejarme a cargo de la compañía”, explica orgulloso desde el cuartel, que tiene los uniformes colgados y la alarma silenciosa.
Ayer, con una tóxica nube oscura sobre todas las calles, y los tétricos ruidos subterráneos que nos recuerdan a todos la cercanía del infernal volcán, el cabo Barría conduce la ambulancia y guarda las llaves de los dos carros de bomberos de la zona, que ayer cumplió su tercer día sin agua.
“Las autoridades son las que están a cargo, pero si hay alguna emergencia, me tengo que encargar”, aclara tajante.
Como muchos lugareños, el cabo está solo, luego que su esposa e hijos ya salieron de la zona devastada. De hecho, según los cálculos de la Onemi, en Chaitén actualmente quedarían apenas unas cien personas, que son las que se han negado a abandonar sus casas. Entre ellos se han repartido máscaras, gotas para los ojos e inhaladores.
Por si fuera poco su espíritu de servicio, el uniformado también se responsabilizó de cuatro vehículos particulares. “Los dueños me pìdieron que los cuidara, y que los embarcara en algún transbordador. A uno de ellos ni siquiera lo conocía”, comenta.
-¿Por qué cree que le dejaron todo a su cuidado?
-Yo creo que en el minuto la cosa era salir del pueblo, más que nada, y como me tenían confianza, me dejaron a cargo.
-¿Hasta cuándo se queda en Chaitén?
-Hasta que pase la emergencia.
Fuente: Lun.com
Con la finalidad de centralizar los posteos, este tema se está debatiendo en:
http://www.elbombero.cl/comunidad/index.php?topic=12674