Permítanme un recuerdo personal, lo ocurrido en Maipú, hoy puede pasar en todos los cuarteles, pero hace 40 años atrás, el mundo era mas tranquilo.
A mi papá lo jubilaban en su trabajo, y con eso comenzó una etapa de decaimiento lo que sumado a su condición de viudo, lo llevó a una situación de depresión que nos alertó a todos los que lo estimaban, incluyendo la bomba, donde ya era Voluntario Honorario. El médico fue categórico, el "viejo" debe tener alguna actividad, sino, lo vas a perder. En el Cuartel vimos varias opciones, de como "ocuparlo" y resultaron dos "soluciones" que no solo le devolvieron la vida a mi viejo, sino que fueron realmente de utilidad y él lo hicieron muy feliz.
La primera, era ir todos los días a la panadería a buscar pan fresco para la guardia, no solo hacía eso, sino que además ponía la "pava" y a las 7 y media ya les tenía agua hirviendo y pan fresquito. Mi viejo (ya fallecido) disfrutaba mucho esas mañanas de compartir, él ya viejo en la bomba, compartía historias con los guardianes que recién las comenzaban a vivir.
Y la segunda, tiene que ver con esta noticia. Cada vez que tocaba la paila, el carro y los voluntarios salían al llamado, y mi viejo salía caminando con bastón y todo, dos cuadras de la casa al cuartel,, y se quedaba cuidándolo. Mi viejo feliz, no importaba si llovía o eran las tres de la mañana, él esperaba hasta que llegara el carro de regreso al cuartel, y si alguien pasaba por el lugar .......... el cuartel no estaba solo.