Buenos aires: Choque de trenes

[bluebird3]

Noticias | Internacional informacionmetro130911am.flv
13.09.11 | Bs. Aires: 7 muertos y más de 100 heridos por choque de trenes y bus
09:46 | Un tren arrolló a un bus y tras embestirlo colisionó con otro convoy. Entre los heridos hay al menos seis muy graves.

Buenos Aires, 13 sep (EFE).- Al menos siete personas murieron hoy y más de un centenar resultaron heridas cuando un tren arrolló a un autobús en un paso a nivel cercano a la estación del barrio de Flores en Buenos Aires, informaron fuentes policiales y sanitarias.

Entre los heridos hay al menos seis muy graves que han sido trasladados a un hospital público cercano y los bomberos tratan de rescatar a por lo menos una persona que permanece atrapada, indicaron las fuentes.

El accidente ferroviario ocurrió en las primeras horas de la mañana, cuando un tren que ingresaba a la estación de Flores, en el centro geográfico de la capital argentina, arrolló a un autobús repleto de pasajeros que al parecer pasó por alto las barreras, apuntaron.

El autobús quedó aplastado al ser arrastrado por el tren, que descarriló y embistió a otro que estaba parado en la estación, agregaron.

"Lamentablemente hay por lo menos seis personas fallecidas", declaró a los periodistas el comisario Omar Bravo luego de indicar que en el accidente trabajan varias cuadrillas de bomberos.

Bravo confirmó luego el hallazgo de otra persona muerta, con lo que asciende a siete el número de víctimas fatales.

Los bomberos tratan de rescatar al conductor del tren, que quedó atrapado en la cabina, mientras buscan a otras personas heridas en el autobús que resultó destrozado, explicó.

Bravo dijo que una mujer y su bebé de dos años "se salvaron de milagro" y fueron rescatados rápidamente y que entre los heridos hay personas que estaban en el andén.

El autobús "cruzó el paso nivel cuando las barreras estaban bajas, pero vamos a esperar los resultados de las pericias y las grabaciones para determinar si eso fue así", dijo el portavoz de la empresa ferroviaria Trenes de Buenos Aires (TBA), Gustavo Gago, a emisoras de radio.

"Se trataría de una actitud temeraria e imprudente del chófer del autobús", apuntó.

El hospital Álvarez, distante unas seis calles del accidente, acogió a unos 40 heridos de los cuales hay seis en muy grave estado, señalaron a su vez fuentes sanitarias.

El accidente, ocurrido en un horario pico de uso de transporte público, paralizó el servicio del ferrocarril Sarmiento, que comunica a Buenos Aires con la periferia oeste de la capital argentina y se calcula que transporta a unos 700.000 pasajeros al mes.


http://www.24horas.cl/videos.aspx?id=132017&tipo=28

 

[bluebird3]

CAMARA DE SEGURIDAD


http://www.emol.com/videos/actualidad/indexSub.asp?id_emol=9030

 

[bluebird3]

http://www.clarin.com/ciudades/tren-embistio-colectivo-Flores-heridos_0_553744795.html

 

[bluebird3]

IMPRESIONANTE VIDEO

!

 

[bluebird3]

Al parecer esta fallando la seguridad.


http://www.emol.com/noticias/intern...io-en-argentina-deja-al-menos-90-heridos.html

 

[bluebird3]

Por primera vez, hablan los bomberos de Once: "Nunca vimos algo igual"

Clarín.com entrevistó a cinco de ellos. El desgarrador testimonio de los que rescataron a los heridos y sacaron a las víctimas. Los intentos fallidos y el operativo para liberarlos por el techo. La contención durante la tragedia.

Los ojos hinchados, los dientes con sangre, los cuerpos golpeados y algunos, bañados en aceite. Así se ven los muertos del choque de tren de Once. Sus fotos –más de 60 imágenes- están en el primer tomo de la causa. Clarín.com accedió a ellas. Los ojos hinchados y los cuerpos golpeados por la violencia del impacto y el aprisionamiento; los dientes con sangre por la asfixia. Los cuerpos bañados en aceite porque un jefe de los bomberos de la Policía Federal los roció en su desesperación por rescatarlos.

A un año del accidente, Clarín.com logró entrevistar a cinco bomberos que estuvieron en Once. Por primera vez, reviven el horror que vieron y los intentos desesperados por salvar a las víctimas del choque en el que murieron 51 personas y más de 700 resultaron heridas. Sus nombres fueron cambiados porque no pueden hablar sin el permiso del Ministerio de Seguridad y si lo hacen terminan en la calle.

Fueron los bomberos los que tuvieron que desarmar el revuelto humano del vagón 2149, el primero detrás de la cabina del motorman Marcos Córdoba tras chocar contra el paragolpes del andén 2 de Once. En el espacio donde había ocho asientos, encontraron decenas de personas aplastadas. Una maraña de seres humanos. Brazos, piernas, cabezas todos enroscados. La escena era imposible. Pesadilla es poco. Hombres y mujeres, vivos y muertos, se fundían en una sola masa. Un ovillo apelmazado, con una punta inútil. Ese cuadro pintado desde el infierno se puede ver en las fotos que figuran en el expediente judicial.

Aquel 22 de febrero, Clarín.com fue el primer medio en confirmar que hubo muertos en el accidente, mientras el Gobierno hacía todo por ocultarlos. Desde entonces, trabajó para averiguar qué pasó adentro de los vagones con las víctimas. Algunas pistas las da el expediente de la causa. En su primer tomo, los cuerpos de 13 de los 34 muertos que figuran allí brillan aceitados. Los bomberos ayudaron a entender por qué. En medio del caos del rescate un jefe tuvo la idea de baldear a las víctimas con aceite para ver si resbalaban y se zafaban. Pero no. Parecían unidos a soplete. Los pasajeros se ahorcaban y aplastaban unos a otros.

“Mirabas un punto y veías una cara que se iba poniendo azul, hipóxica. Y te desesperabas por sacarlos”, cuenta Marcelo, uno de los bomberos que participó del operativo. Se le morían “en brazos”, reconoce.

El titular del SAME, Alberto Crescenti había dicho que todas las víctimas murieron en el acto. Los bomberos aseguran que no fue así. “Mucha gente se murió ahí, durante el rescate”, reconoce Fabricio, otro bombero de Once. Él fue uno de los primeros en llegar. Estaba a poquísimos metros del lugar, en el Destacamento que funciona adentro de la estación.

“Sacame, sacame”, le gritaban a Marcelo y le clavaban las uñas en los antebrazos a su paso. Hoy, aún tiene las marcas. Este bombero que tiene 20 años de experiencia, trataba de contenerlos y le hablaba, uno a uno, para distraerlos. Lo logró con un joven de 18 años, sepultado bajo los cuerpos de dos fallecidos en el lateral derecho del vagón. “Había gente de más de 100 kilos”, recuerda.

“Le empecé a hablar de River, de cualquier cosa. Necesitaba sacarlo mentalmente de ahí. Necesitaba que aguantara. Sólo así íbamos a poder salvarlo”, explica Marcelo a quien no se le olvida el rostro de este joven: “No puedo recordar su nombre, pero me gustaría volver a verlo”.

La fugaz relación que construyeron allí se llenó de cuentos, confesiones y hasta chistes. Cualquier recurso era válido con tal de sumar otro sobreviviente. “Sabía que no lo podía sacar de ahí como estaba. Que no lo podíamos traccionar. El pibe se reía y tenía dos muertos encima”, dice Marcelo y la cara se le transforma.

En paralelo, los bomberos intentaban salvar a las víctimas por todos los costados. Primero probaron traccionando, pero los gritos de dolor los detuvieron. Los pasajeros se habían caído unos sobre otros en escalera. Al fondo, algunos se mantenían en pie. Al frente, todos aplastados. “Efecto telescopio”, dice el expediente. Ahí probaron con el aceite de maíz que fueron a buscar a un Burguer King ubicado sobre la avenida Pueyrredón. Lo confirmaron los empleados del lugar.

Luego, pensaron cortar el lateral derecho del vagón 2149 con una motosierra y abrirlo como una bisagra, pero como los pasajeros estaban pegados a las ventanas no podían. Podrían “haberlos lastimado o quemado con las chispas”, cuenta Claudio, otro de los bomberos que estuvo en Once. Lo descartaron y probaron con tijeras hidráulicas. También fue inútil.

La salvación vino del cielo. O del techo. Un grupo de bomberos subió a la parte superior del vagón y abrieron un hueco. Por allí, rescataron a siete personas y lograron que la madeja cediera y los heridos empezaran a salir. (Ver La clave del rescate…)

“Hay que salvarlos, pero también hay que tratar que ese momento sea lo menos terrible posible. No estás sacando un hierro. Estás sacando a un ser humano”, señala Julián otro bombero de Once que ayudó a “extricar” a las víctimas, como se llama en la jerga a la técnica para liberar a los atrapados. Llegó la hora del joven de 18 años, el que tenía los dos fallecidos encima. El chico miró a Marcelo y le dijo en broma: “Yo quiero salir por arriba”. El bombero le sonrió: “Salís por donde sea” y lo sacaron por abajo.

Mientras, Alejandro –morocho, alto, grandote- trataba de ayudar a los atrapados. Les decía: “Ya los vamos a sacar, resistan. Les pedía que no se abandonaran. Muchos se entregaron”, le cuenta angustiado aún hoy, un año después, este bombero a Clarín.com.

Como la mayoría de los bomberos con décadas de experiencia, Alejandro creyó que lo había visto todo: estuvo en la embajada de Israel, AMIA, Cromañón. Nada como Once. “Nunca vimos algo igual”, dice, mate en mano. Marcelo y Julián coinciden con él. “Por la complejidad que tuvo fue el caso más difícil”, piensa Fabricio.

Los bomberos sacaron del tren 48 muertos en bolsas negras. Los pusieron en los vagones traseros. Allí, la médica legista María Elda Paz de la Unidad Médico Forense y Mariel De Paz de la Unidad Tanatológica (los apellidos son similares) revisaron los cuerpos y les tomaron fotos. Consta en la foja 2 de la causa judicial. Otras dos personas murieron en el hospital y a Lucas Menghini Rey nunca lo vieron hasta 57 horas después.

La ropa de las víctimas quedó manchada con sangre; sus vientres, al descubierto. Una de ellas tenía los anteojos puestos cuando la fotografiaron dentro de la bolsa negra; otra, la mochila aún sobre el pecho. Algunos, sobre el piso del vagón. Otros, en una camilla. Parecen golpeados por boxeadores. Así los mató la desidia de funcionarios y la negligencia del Estado que le otorgó a TBA -entonces concesionaria de la línea Sarmiento- 3.500 millones de pesos en subsidios en los últimos 12 años. Una cifra igual a los presupuestos de 2012 del CONICET, la CNEA y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales. Así, los mató la abulia y la codicia de los empresarios.

Sobre las 3 de la tarde, los bomberos ya habían vuelto a sus Cuarteles. Aún les quedaban 17 horas de guardia hasta las 8 de la mañana del otro día. Los incendios y accidentes no saben de tragedias ni entretiempos y los bomberos tuvieron que salir de nuevo a las calles. Algunos, como Marcelo, con los brazos marcados por los arañazos de las víctimas. Todos, con los gritos de los heridos en la memoria. Gritos que siguen escuchando hoy, un año después.

Los bomberos usaron este trípode casero, fabricado por uno de ellos, para rescatar a las víctimas

Los bomberos fueron clave para contener a los heridos mientras duraba el rescate.

Los bomberos del Destacamento Once, que funciona adentro de la estación, fueron los primeros en asistir a las víctimas

Por jurisdicción, los segundos bomberos en llegar a la estación de Once fueron los del Cuartel IV de Recoleta. Atrás, el Cuartel VI de Villa Crespo

Unos 100 bomberos fueron desplegados a la estación de Once el día del accidente. (Archivo Clarín)

La autobomba 631 del Destacamento “Palermo”, sobre una de las entradas de Once.

Efectivos del Cuartel I “José M. Calaza”, llamado así en honor al “padre” de los bomberos, asisten a las víctimas del choque. (Archivo Clarín)

Bomberos y personal del SAME retiran a una de las víctimas del accidente. (Archivo Clarín)

Más de 700 personas resultaron heridas en el choque de tren de Once del 22 de febrero de 2012 (EFE)

El homenaje a los fallecidos de Once que dejaron los familiares tras el accidente. (AP)



http://www.clarin.com/ciudades/primera-hablan-bomberos-Once-vimos_0_869913223.html

 

[bluebird3]

La clave del rescate: los bomberos que subieron al techo del tren

Entraron por el sistema de ventilación y colaron aire fresco, litros de agua y contención. Por allí sacaron a siete personas y destrabaron la madeja de hierros y heridos

Lo habían probado todo: traccionar a los pasajeros, rociarlos con aceite, cortar los laterales del vagón. Pero nada ayudaba a desarmar la madeja humana que se produjo luego de que el tren de la línea Sarmiento se estrellara contra el paragolpes del andén 2 de la estación de Once. Hasta que dos bomberos se treparon al techo. Rezaban por poder entrar por el sistema de ventilación y rescatar a los heridos. O al menos, ayudarlos y darles asistencia psicológica. Los pasajeros que estaban al fondo tenían poco contacto con los rescatistas y estaban enloquecidos.
Con pinzas multipropósito aplastaron las capas del techo; con las tijeras, lo cortaron de cuajo.Abrieron un hueco de unos 60 cm de diámetro. Por ahí, colaron esperanza, aire fresco, litros de agua y sacaron a siete personas. La primera, una mujer. La desgarraron pero ella no se quejó. Peor era el infierno del vagón. Habían intentado antes con un joven, pero estaba demasiado atascado. Usaron un trípode casero que fabricó un bombero con sus manos porque el Ministerio de Seguridad nunca lo compró, según dicen. El Grupo Especial de Rescate de Bomberos de Caballito y el de Saavedra tienen uno, pero ese día se usó el trípode casero. El destino quiso que aquel 22 de febrero, ese bombero no estuviera de servicio. Pero, de algún modo también ayudó a salvar gente y seguro vio las fotos en las que las barras rojas de su invento coronaban el techo del vagón y que dieron la vuelta al mundo con la noticia. Fue su debut. Nunca antes lo habían usado.
Abajo, en el vagón, todo era oscuridad. Las víctimas lloraban desesperadas y rogaban por agua. El calor de febrero y de los cuerpos era insoportable. “En el vagón hacía 40 grados”, recuerda Marcelo, un bombero que participó del rescate.
“Cuando abrieron el techo, la gente se calmó. Les dio esperanza. Ahora me toca a mí pensaban y ahí se pudo trabajar con más calma y rapidez”, asegura.
“El trípode tiene un aparejo –un sistema de poleas- que permite traccionar a las víctimas como si estuvieran en un pozo. Se les ponen unas sobaqueras que se pasan por los brazos y se enganchan en las axilas y se los saca. Recuerdo al segundo chico que rescataron. Era flaquito, rubión. Salió casi desnudo. En cueros. Le tuvieron que atajar los pantalones”, explica Marcelo, 20 años como bombero, fanático del mate y las facturas.
En el techo, seis bomberos trabajaban contrarreloj. Sacaban a las víctimas y las “empaquetaban” allí mismo. Eso quiere decir que las colocaban en tablas rígidas, las sujetaban con cinturones, les ponían un collarín para inmovilizarlas y las bajaban al andén donde eran derivadas, después de pasar por el triage y según su gravedad, a los hospitales. Según pudo saber Clarín.com, estos héroes pertenecían al Cuartel VI de Villa Crespo.
Tras sacar a siete personas, en el fondo del vagón se hizo lugar y los pasajeros se destrabaron. “Hay que pensar que la gente estaba lastimada, tenía politraumatismos, no se podía mover así como así.Y muchos estaban trabados con los fallecidos. Había gente atrapada entre los asientos que estaban doblados como papel”, explica Marcelo quien recuerda en detalle a uno de los heridos: “Tenía una fractura expuesta en la pierna y un corte en la cabeza. Pero salió por el techo como si nada. En el vagón estaba rodeado de muertos”.
Apretados como sardinas, así, estuvieron durante horas los pasajeros del tren. Cuarenta y ocho de ellos no resistieron el aprisionamiento. Unos, fallecieron en el acto; otros, con el tiempo. Murieron asfixiados

http://www.clarin.com

 

[bluebird3]

Qué pasó con Lucas Menghini


Bomberos que estuvieron en Once dan su versión sobre por qué no encontraron al joven de 20 años el día del accidente.

Lucas Menghini Rey se volvió el símbolo del choque de tren de Once. Este joven de 20 años falleció en el accidente. Pero a diferencia de los otros 50 muertos, su familia lo buscó durante 57 horas. Varios testigos aseguraban que el chico se había bajado de la formación. Pero no aparecía por ningún lado el 22 de febrero de 2012.
Dos días más tarde y luego de que su padre, el operador técnico de la TV Pública, Paolo Menghini, revisara las imágenes de las cámaras de seguridad de los andenes, reconoció a su hijo y lo encontraron: estaba muerto entre el tercero y cuarto vagón.
El operativo de rescate y salvamento que hasta ese entonces se había mostrado como eficaz y redondo, se venía abajo.
¿Por qué nadie vio a Lucas Menghini ese 22 de febrero? “Porque el protocolo de rastrillaje no se cumplió como se debía”, reconocen los bomberos, con bronca por el error. “Hubo mucha presión para que entregáramos la escena rápido”, recuerdan y “las cosas no se hicieron bien”, admiten autocríticos. Saben que “todo el operativo quedó manchado por eso” y que “podría haberse evitado”.
Pero estos bomberos no decidieron cuándo debían irse. Sus superiores los fueron despachando a los Cuarteles a medida que el caos aflojaba y ya no quedaba nadie por sacar. “Si un jefe viene y te dice que te retires, hay que retirarse. La guardia tiene 24 horas y no se terminó en Once. Nosotros volvimos a los Cuarteles y seguimos trabajando. Salimos a incendios y a otros rescates”, repasan.
“Para nosotros todas son pérdidas. La de Lucas y todas las demás. Lo sentimos mucho cuando se nos va alguien, pero también sabemos que salvamos a más de 300 ese día”, dice Julián, uno de los bomberos que estuvo en Once y que sobre las 14 regresó a su Cuartel.
“¿Sabés lo que es que se te muera una persona en los brazoscomo en Once? Nadie quiere eso. Queremos salvarlos a todos”, salta Alejandro, otro de los bomberos enojados porque “por lo que pasó con Lucas Menghini nos defenestraron. Y no fuimos nosotros los que decidimos irnos”. La responsabilidad escala hasta lo más alto de las jerarquías.
Según la ley N° 2.951 que aprueba el “Convenio Interjurisdiccional para la respuesta coordinada ante incidentes mayores en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, un protocolo de acción en casos de emergencia, suscripto en julio de 2008 por los ministros Guillermo Montenegro y Aníbal Fernández, la responsabilidad primaria sobre la zona de impacto le corresponde a la Superintendencia Federal de Bomberos y a la Policía Federal. Ambas dependen de la ministra de Seguridad Nilda Garré. Sin embargo, los únicos imputados son 12 bomberos. Los mismos a los que las autoridades les dieron la orden de retirarse sin que pudieran terminar el operativo de rastrillaje en la formación.

http://www.clarin.com

 

[bluebird3]

Chocaron dos trenes del Sarmiento en Castelar: hay varios muertos

Lo dijo el vocero de la Unidad Operativa que administra las líneas Mitre y Sarmiento. El choque fue pasadas las 7 de la mañana a la altura del paso Zapiola. Según los testigos, una formación que llevaba pasajeros embistió por atrás a otra que estaba detenida, también con pasajeros. Bomberos y ambulancias trabajan en el lugar. Hay por lo menos 55 heridos.

Varias personas murieron y al menos 55 sufrieron heridas luego de que chocaran esta mañana dos trenes de la línea Sarmiento a metros de la estación de Castelar, al oeste del Gran Buenos Aires, en una nueva y conmocionante tragedia ferroviaria que sucede a quince meses de la ocurrida en la estación de Once.

El vocero de la Unidad de Gestión Operativa de las líneas Mitre y Sarmiento (UGOMS) Pablo Gunning confirmó que "son varias las víctimas fatales", aunque hasta el momento no hay una cifra oficial que confirme la cantidad de muertos.

En tanto, decenas de heridos eran trasladados a distintos hospitales de las zonas de Morón, Castelar y Haedo, mientras personal de Bomberos, de la Policía Federal y de Defensa Civil, trabajaban en el lugar en el rescate de personas que aún permanecían atrapadas.

El accidente se produjo a las 7.07 cuando un tren de la línea Sarmiento que iba a los talleres de Castelar chocó en la barrera de la calle Zapiola contra otro que estaba detenido en las vías con decenas de pasajeros a bordo, informaron fuentes de Bomberos. Delegados ferroviarios denunciaron que la formación que embistió a la otra "tenía problemas de frenos".

"A las 7:07 la formación 3725 chapa 19 se encontraba detenida entre las estaciones de Morón y Castelar sentido ascendente, cuando, por motivos que aún se desconocen, la formación 3727 chapa 1 embistió de atrás a la formación que se encontraba detenida", precisó la UGOMS a través de un comunicado.

Algunos testigos y sobrevivientes describieron con angustia el choque. En declaraciones radiales, Juan Carlos, que viajaba en uno de los trenes, afirmó: "Están sacando a la gente que quedó aplastada".

"Vi a las formaciones de doble piso que habían quedado como un acordeón", contó Esteban, testigo del choque en Radio Mitre. También afirmó Lucas, otro testigo, que "fue muy grande el impacto y hay mucha gente herida".


videos en el link

http://www.clarin.com/ciudades/Chocaron-trenes-Sarmiento-Castelar_0_937106577.html