Joven mecánico muere en accidente
Dueño del vehículo reveló que perdieron el control por una falla mecánica: se les habría roto la dirección
Veintitrés años tenía Luis Andrés Saavedra Espinoza cuando el auto que probaba en la avenida Las Gredas, entre las rotondas Manuel Castillo Ibaceta y Adolfo Arenas Córdoba, cayó al lecho del río San José, falleciendo instantáneamente.
Transitaba en dirección sur oeste, por la pista derecha de la calle mencionada, y había salido hace pocos minutos del taller mecánico "All car", ubicado en Caupolicán con Lastarria, donde trabajaba hace algún tiempo.
Por razones que se investigan, Luis Saavedra perdió el control del vehículo, traspasando su pista, el bandejón central y cayendo al lecho seco del río San José. El parachoques y la patente quedaron enredadas en un arbusto.
La víctima iba acompañada de su amigo Rubens Quintana, de 21 años, dueño del auto, quien salvó prácticamente ileso del fatal accidente.
Fue tal su fortuna, que pudo salir caminando del destruido vehículo, para luego ser trasladado a bordo de una patrulla de Carabineros hacia la Unidad de Emergencia del Hospital Doctor Juan Noé, para constatar sus lesiones y recibir la atención médica correspondiente.
"se rompió la dirección"
Según contó este último, el motivo del accidente habría sido una falla mecánica. El automóvil se lo había comprado a otro amigo, hace poco menos de un mes.
"Yo le había mandado a arreglar (el auto) y lo estábamos probando. De repente, se le trabó la dirección y se trabó la rueda izquierda. El auto se le fue", fue su testimonio cuando aún se encontraba bastante choqueado.
Presentaba además algo de sangre en su mano derecha, y su brazo lucía algo hinchado.
Al lugar llegó Carabineros y una unidad de rescate de Bomberos, cuyos voluntarios, con ayuda de cables y una camilla, sacaron el cadáver desde el lecho del río.
El trágico cuadro lo completaron decenas de curiosos que estacionaron sus vehículos al borde del lecho para observar los detalles de la escena. El tránsito se volvió caótico en los minutos siguientes a la caída, aunque después fue regularizado por Carabineros.
Aunque la policía no precisó si el automóvil -un Honda Prelude del año 92- fuera del tipo "enchulado"; o sea, acondicionado para piques urbanos, lo cierto es que la máquina tenía un tubo de escape propio de este tipo de vehículos, al igual que algunos adornos e indumentaria.
Tampoco se registró si es que el fallecido pertenecía a algún "team" de piques de velocidad.
"Andrés, ¡despierta!"
"No sentí nada, llegué abajo no más. Le dije Andrés, Andrés ¡despierta! y no me contestó", relató Quintana, cuando el cuerpo de su amigo ya había sido retirado de la máquina destruida.
También aseguró que no iban a exceso de velocidad al momento de perder el control y caer.
"Yo trabajaba con el"
Tristeza se respiraba anoche a la entrada del taller "All car", otrora lugar de labores de Luis Andrés Saavedra, el "Negro", como lo llamaban cariñosamente sus clientes y amigos.
"El taller lo van a cerrar por hoy. Estamos muy mal, muy tristes como en todo accidente", dijo una prima del infortunado mecánico, excusándose de dar más detalles acerca del estado de la familia.
Al igual sus colegas, quienes no disimulaban su angustia. "Yo trabajaba con él", fueron las únicas palabras que pronunció uno de ellos.
Al cierre de esta edición, el cuerpo del joven mecánico aún no era entregado a sus familiares.
Fuente: La Estrella de Arica
Dueño del vehículo reveló que perdieron el control por una falla mecánica: se les habría roto la dirección
Veintitrés años tenía Luis Andrés Saavedra Espinoza cuando el auto que probaba en la avenida Las Gredas, entre las rotondas Manuel Castillo Ibaceta y Adolfo Arenas Córdoba, cayó al lecho del río San José, falleciendo instantáneamente.
Transitaba en dirección sur oeste, por la pista derecha de la calle mencionada, y había salido hace pocos minutos del taller mecánico "All car", ubicado en Caupolicán con Lastarria, donde trabajaba hace algún tiempo.
Por razones que se investigan, Luis Saavedra perdió el control del vehículo, traspasando su pista, el bandejón central y cayendo al lecho seco del río San José. El parachoques y la patente quedaron enredadas en un arbusto.
La víctima iba acompañada de su amigo Rubens Quintana, de 21 años, dueño del auto, quien salvó prácticamente ileso del fatal accidente.
Fue tal su fortuna, que pudo salir caminando del destruido vehículo, para luego ser trasladado a bordo de una patrulla de Carabineros hacia la Unidad de Emergencia del Hospital Doctor Juan Noé, para constatar sus lesiones y recibir la atención médica correspondiente.
"se rompió la dirección"
Según contó este último, el motivo del accidente habría sido una falla mecánica. El automóvil se lo había comprado a otro amigo, hace poco menos de un mes.
"Yo le había mandado a arreglar (el auto) y lo estábamos probando. De repente, se le trabó la dirección y se trabó la rueda izquierda. El auto se le fue", fue su testimonio cuando aún se encontraba bastante choqueado.
Presentaba además algo de sangre en su mano derecha, y su brazo lucía algo hinchado.
Al lugar llegó Carabineros y una unidad de rescate de Bomberos, cuyos voluntarios, con ayuda de cables y una camilla, sacaron el cadáver desde el lecho del río.
El trágico cuadro lo completaron decenas de curiosos que estacionaron sus vehículos al borde del lecho para observar los detalles de la escena. El tránsito se volvió caótico en los minutos siguientes a la caída, aunque después fue regularizado por Carabineros.
Aunque la policía no precisó si el automóvil -un Honda Prelude del año 92- fuera del tipo "enchulado"; o sea, acondicionado para piques urbanos, lo cierto es que la máquina tenía un tubo de escape propio de este tipo de vehículos, al igual que algunos adornos e indumentaria.
Tampoco se registró si es que el fallecido pertenecía a algún "team" de piques de velocidad.
"Andrés, ¡despierta!"
"No sentí nada, llegué abajo no más. Le dije Andrés, Andrés ¡despierta! y no me contestó", relató Quintana, cuando el cuerpo de su amigo ya había sido retirado de la máquina destruida.
También aseguró que no iban a exceso de velocidad al momento de perder el control y caer.
"Yo trabajaba con el"
Tristeza se respiraba anoche a la entrada del taller "All car", otrora lugar de labores de Luis Andrés Saavedra, el "Negro", como lo llamaban cariñosamente sus clientes y amigos.
"El taller lo van a cerrar por hoy. Estamos muy mal, muy tristes como en todo accidente", dijo una prima del infortunado mecánico, excusándose de dar más detalles acerca del estado de la familia.
Al igual sus colegas, quienes no disimulaban su angustia. "Yo trabajaba con él", fueron las únicas palabras que pronunció uno de ellos.
Al cierre de esta edición, el cuerpo del joven mecánico aún no era entregado a sus familiares.
Fuente: La Estrella de Arica