54 años con honor y gloria
Desde su infancia era un deber fascinante mirar el enorme carrobomba de aquellos años. De ahí se entiende la admiración por los "Caballeros del fuego" y sus frecuentes visitas al Cuartel General de calle Sucre, donde nació la Primera, Segunda, Cuarta y Séptima compañías.
Pese a la constante negativa de su madre para integrar el voluntariado, lo hizo a los 18 años. "El amor me llama", eso fue lo que dijo el día en que se escapó del hospital y asistió a un siniestro, sin importarle la hernia que lo tenía hospitalizado.
Muy religioso, de gran solidaridad y ayuda al prójimo, Luis Pastén vive con pasión y emoción su labor en la institución que tanto quiere.
Son 54 años de servicio donde no sólo ha recibido el reconocimiento de la institución, sino también de la ciudadanía.
DEBER
¿Por qué decidió ser bombero?
- Bueno, decidí ser bombero cuando tenía 15 años, iba siempre al Cuartel General de la calle Sucre, veía a los voluntarios cuando iban a los incendios, en los desfiles y en eventos que realizaban para subsidiar a la institución. Me llamaba la atención toda la implementación y el coraje de los bomberos y quería ser parte de ellos, pero tenía 15 años. Mi madre se preocupaba y no quería que me arriesgara, así que tuve que esperar hasta los 18 por reglamento, mientras tanto entré como guía cadete y me enamoré de la bomba, fue mi primer amor.
¿Y qué otros entretelones tiene esta historia?
- Como mi madre se oponía, tuve que ir a la notaría para que me autorizara. Yo estaba lleno de ideales, de inquietudes, siempre me gustó la labor de bomberos, los veía en los desfiles, cuando asistían a los siniestros.
Con el tiempo, el apoyo de mi familia fue fundamental para conllevar mi labor de bombero, pues siempre me apoyan en todo y han estado cuando más lo he necesitado, ellos son mi alegría y orgullo.
"INFIERNO"
¿Cuál ha sido el siniestro más grande que ha vivido en su carrera?
- Cuando se hundió el barco "María Elisabeth" (1965), el que se encontraba anclado en el puerto, en esa oportunidad casi pierdo la vida. Fui de los primeros en llegar con el voluntario Molina de la Cuarta Compañía, me encontraba en la que antiguamente era la feria de la Plaza del Mercado.
Sentí una explosión y corrí inmediatamente a la Séptima Compañía, es algo que no puedo explicar; llegar a un lugar donde hay tanta explosión, donde vi tantos cadáveres en el agua, habían explosiones una tras otra, cargamos la manguera para atacar las llamas, todo parecía un infierno, repleto de esquirlas, con mi compañero oramos para salir adelante.
Hay otros hechos que están en su mente…
- Otro de los acontecimientos que más recuerdo fue el incendio del Regimiento "Esmeralda" (1954). Ahí fue cuando me levanté de la cama y fui al incendio, luego volví al hospital en donde me esperaban con un gran tirón de orejas.
¿Qué espera para la institución en el futuro?
- Espero más cuarteles de bomberos, tenemos 9 compañías, pero creo que debería haber 15. Las compañías que hay no dan abasto para toda la población, Antofagasta crece cada vez más. Espero un mayor entusiasmo de la gente joven, para que así se una a la institución y ayude a la comunidad que lo necesita. Los jóvenes no están identificados con ser voluntarios, me gustaría que esa mentalidad cambie. Espero que Dios me deje vivir más para así seguir disfrutando de mi familia, y ver cómo sigue creciendo la institución que llevo en mi corazón y que por 54 años he servido con honor y gloria.
Fuente: El Mercurio de Antofagasta
Desde su infancia era un deber fascinante mirar el enorme carrobomba de aquellos años. De ahí se entiende la admiración por los "Caballeros del fuego" y sus frecuentes visitas al Cuartel General de calle Sucre, donde nació la Primera, Segunda, Cuarta y Séptima compañías.
Pese a la constante negativa de su madre para integrar el voluntariado, lo hizo a los 18 años. "El amor me llama", eso fue lo que dijo el día en que se escapó del hospital y asistió a un siniestro, sin importarle la hernia que lo tenía hospitalizado.
Muy religioso, de gran solidaridad y ayuda al prójimo, Luis Pastén vive con pasión y emoción su labor en la institución que tanto quiere.
Son 54 años de servicio donde no sólo ha recibido el reconocimiento de la institución, sino también de la ciudadanía.
DEBER
¿Por qué decidió ser bombero?
- Bueno, decidí ser bombero cuando tenía 15 años, iba siempre al Cuartel General de la calle Sucre, veía a los voluntarios cuando iban a los incendios, en los desfiles y en eventos que realizaban para subsidiar a la institución. Me llamaba la atención toda la implementación y el coraje de los bomberos y quería ser parte de ellos, pero tenía 15 años. Mi madre se preocupaba y no quería que me arriesgara, así que tuve que esperar hasta los 18 por reglamento, mientras tanto entré como guía cadete y me enamoré de la bomba, fue mi primer amor.
¿Y qué otros entretelones tiene esta historia?
- Como mi madre se oponía, tuve que ir a la notaría para que me autorizara. Yo estaba lleno de ideales, de inquietudes, siempre me gustó la labor de bomberos, los veía en los desfiles, cuando asistían a los siniestros.
Con el tiempo, el apoyo de mi familia fue fundamental para conllevar mi labor de bombero, pues siempre me apoyan en todo y han estado cuando más lo he necesitado, ellos son mi alegría y orgullo.
"INFIERNO"
¿Cuál ha sido el siniestro más grande que ha vivido en su carrera?
- Cuando se hundió el barco "María Elisabeth" (1965), el que se encontraba anclado en el puerto, en esa oportunidad casi pierdo la vida. Fui de los primeros en llegar con el voluntario Molina de la Cuarta Compañía, me encontraba en la que antiguamente era la feria de la Plaza del Mercado.
Sentí una explosión y corrí inmediatamente a la Séptima Compañía, es algo que no puedo explicar; llegar a un lugar donde hay tanta explosión, donde vi tantos cadáveres en el agua, habían explosiones una tras otra, cargamos la manguera para atacar las llamas, todo parecía un infierno, repleto de esquirlas, con mi compañero oramos para salir adelante.
Hay otros hechos que están en su mente…
- Otro de los acontecimientos que más recuerdo fue el incendio del Regimiento "Esmeralda" (1954). Ahí fue cuando me levanté de la cama y fui al incendio, luego volví al hospital en donde me esperaban con un gran tirón de orejas.
¿Qué espera para la institución en el futuro?
- Espero más cuarteles de bomberos, tenemos 9 compañías, pero creo que debería haber 15. Las compañías que hay no dan abasto para toda la población, Antofagasta crece cada vez más. Espero un mayor entusiasmo de la gente joven, para que así se una a la institución y ayude a la comunidad que lo necesita. Los jóvenes no están identificados con ser voluntarios, me gustaría que esa mentalidad cambie. Espero que Dios me deje vivir más para así seguir disfrutando de mi familia, y ver cómo sigue creciendo la institución que llevo en mi corazón y que por 54 años he servido con honor y gloria.
Fuente: El Mercurio de Antofagasta
