Masivo adiós a bombero salvajemente asesinado
Camioneros, Bomberos y la comunidad en general participaron en Ancud del funeral de Augusto Suárez y Edith Vargas.
Más de dos mil almas asistieron a dar el último adiós al matrimonio Suárez Vargas, asesinados brutalmente el lunes recién pasado en el sector rural de Las Quemas, en la comuna de Dalcahue. Todos querían estar con los deudos y seres queridos y recordar al "Loco Suárez", como cariñosamente le conocían sus amigos.
"El buen tiempo hizo más hermoso el funeral", decían algunos de los asistentes, mientras contemplaban los honores bomberiles, con los que comenzó el cortejo, antes de dirigirse hasta la iglesia San Francisco, en lo alto de Ancud.
Después de reunirse en el frontis del cuartel general de Bomberos, al son de marchas fúnebres, interpretadas por el orfeón de la institución, los voluntarios de distintas compañías de Chiloé marcharon por las calles del centro de Ancud hasta llegar a la ceremonia religiosa.
ASISTENTES
Los asistentes les seguían desde atrás, demostrando el dolor en sus rostros. Al llegar al recinto religioso, -a pesar de ser uno de los más grandes de la ciudad- no fue capaz de contener a la gran cantidad de personas que querían estar con el matrimonio.
En todo minuto, una guardia de honor de distintos cuerpos de Bomberos acompañó la urna de su compañero y amigo. Los voluntarios llegaron desde Chonchi, Dalcahue, Castro, Chacao, Quemchi y Ancud.
Terminada la misa, el cortejo caminó a paso lento hacia el camposanto. Las apesadumbradas marchas nuevamente fueron el acompañamiento de los féretros seguidos de sus deudos.
A dos cuadras del cementerio ya se disponían sus compañeros camioneros, quienes recibieron el paso de Augusto Suárez y su señora. Más de cincuenta máquinas pesadas esperaban los cuerpos de los infortunados.
Fuera del recinto municipal se debieron realizar los discursos de despedida, puesto que ni el mismo camposanto ofrecía el espacio suficiente para albergar a toda la gente.
"Edith te amaba, nosotros lo sabemos muy bien, y sabemos cuanto lo cuidaste", dijo Valentina Suárez, la hija de Augusto. "Es por este amor que creemos que la muerte se los llevó juntos", agregó.
"Es tanta la gente que ha venido que es difícil de asimilar", relató la joven, consignado además que sabía que su progenitor era conocido por su bondad, bromas y chascarros. "Pero aun así, no esperábamos tanto apoyo", recalcó.
Fuente: La Estrella de Chiloé
Camioneros, Bomberos y la comunidad en general participaron en Ancud del funeral de Augusto Suárez y Edith Vargas.
Más de dos mil almas asistieron a dar el último adiós al matrimonio Suárez Vargas, asesinados brutalmente el lunes recién pasado en el sector rural de Las Quemas, en la comuna de Dalcahue. Todos querían estar con los deudos y seres queridos y recordar al "Loco Suárez", como cariñosamente le conocían sus amigos.
"El buen tiempo hizo más hermoso el funeral", decían algunos de los asistentes, mientras contemplaban los honores bomberiles, con los que comenzó el cortejo, antes de dirigirse hasta la iglesia San Francisco, en lo alto de Ancud.
Después de reunirse en el frontis del cuartel general de Bomberos, al son de marchas fúnebres, interpretadas por el orfeón de la institución, los voluntarios de distintas compañías de Chiloé marcharon por las calles del centro de Ancud hasta llegar a la ceremonia religiosa.
ASISTENTES
Los asistentes les seguían desde atrás, demostrando el dolor en sus rostros. Al llegar al recinto religioso, -a pesar de ser uno de los más grandes de la ciudad- no fue capaz de contener a la gran cantidad de personas que querían estar con el matrimonio.
En todo minuto, una guardia de honor de distintos cuerpos de Bomberos acompañó la urna de su compañero y amigo. Los voluntarios llegaron desde Chonchi, Dalcahue, Castro, Chacao, Quemchi y Ancud.
Terminada la misa, el cortejo caminó a paso lento hacia el camposanto. Las apesadumbradas marchas nuevamente fueron el acompañamiento de los féretros seguidos de sus deudos.
A dos cuadras del cementerio ya se disponían sus compañeros camioneros, quienes recibieron el paso de Augusto Suárez y su señora. Más de cincuenta máquinas pesadas esperaban los cuerpos de los infortunados.
Fuera del recinto municipal se debieron realizar los discursos de despedida, puesto que ni el mismo camposanto ofrecía el espacio suficiente para albergar a toda la gente.
"Edith te amaba, nosotros lo sabemos muy bien, y sabemos cuanto lo cuidaste", dijo Valentina Suárez, la hija de Augusto. "Es por este amor que creemos que la muerte se los llevó juntos", agregó.
"Es tanta la gente que ha venido que es difícil de asimilar", relató la joven, consignado además que sabía que su progenitor era conocido por su bondad, bromas y chascarros. "Pero aun así, no esperábamos tanto apoyo", recalcó.
Fuente: La Estrella de Chiloé