A 50 años, recordaron la peor tragedia carretera de San Antonio

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27 Oct 2006
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A 50 años, recordaron la peor tragedia carretera de San Antonio
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Un bus y una micro fueron lamentables protagonistas en la ruta

Medio siglo se cumplió ayer del peor y más trágico accidente de tránsito registrado en la historia de San Antonio: el choque de dos buses en una curva entre Leyda y Cruce La Marquesa de la entonces Ruta a Santiago, después Ruta 78 y ahora Autopista del Sol.

Fue un fatídico domingo 22 de diciembre de 1957 y quienes entonces éramos niños todavía tenemos grabadas en nuestra mente los detalles y repercusiones de esa jornada en que nuestro pueblo, a la sazón carente de muchas cosas en lo que ha infraestructura se refiere, se estremeció por el costo humano del hecho: 22 muertos y decenas de heridos.

protagonistas

Los protagonistas fueron tres vehículos de movilización colectiva que en esa época eran llamadas "Micros", dos de las cuales chocaron frontalmente causando esa mortandad mientras que en el tercero los pasajeros eran atónitos espectadores de ese impacto a 80 kilómetros de velocidad que quitó la vida a compañeros de trabajo, familiares y amigos.

Es que dos de las "micros" venían desde Santiago transportando hacia Cartagena a delegaciones de trabajadores de la Bolsa de Comercio y sus familias para disfrutar un paseo de fin de año.

Bolsa de comercio

El viaje era ofrecido por la gerencia de ese organismo que había dispuesto una suma cercana a los 750 mil pesos para agasajar a sus empleados más modestos con motivo de las festividades que se aproximaban.

A las 07,30 horas de la mañana, el microbús XP - 106, Ford casi nuevo, con pocos días trabajando en la línea Matadero - Palma abandonaba la calle Carrión en medio del bullicio de sus alegres integrantes. Quince minutos más tarde el vehículo paraba en la calle Bandera, frente al edificio que ocupa la bolsa y donde se encontraba el otro bus ya dispuesto a partir.

el viaje
Inmediatamente salieron las dos micros rumbo a San Antonio, separado el uno del otro por muy poca distancia. Todo auguraba un viaje feliz. El sol radiante prometía buen tiempo al lado del mar. Entre tallas y canciones los kilómetros desfilaban bajo las ruedas de las micros, los niños pegados a los vidrios miraban absortos el paisaje, con la secreta esperanza de descubrir, de un instante a otro, el azul del mar.

cruce sepultura

Los ocupantes de ambos micros prosiguieron cantando. A la altura de Puangue se encontraron con un túnel sobre el cual pasaba el puente de un ferrocarril, llamándoles la atención su nombre y haciendo comentarios: Sepultura.

Diez minutos más tarde la micro avanzaba a velocidad moderada frente al Fundo La Marquesa. A cien metros iba adelante el otro con cuyos ocupantes se hacían señas cuando se aproximaban.

la tragedia

Un bus de los que hacen el recorrido San Antonio - Cartagena - Santiago se avistó en el camino pese a la curva abierta y prolongada por la cual avanzada el micro. De repente ambos vehículos chocaron violentamente como resultado tal vez de un exceso de confianza de ambos conductores.

Ante los ojos atónitos de los ocupantes del segundo micro se sucedieron a continuación las escenas más desgarradoras. El vehículo Matadero - Palma a raíz del fuerte impacto recibido fue hecho una masa informe de fierros, maderas y latas. Desde el interior saltaron los cuerpos de varios ocupantes que eran expulsados fuera.

Por su parte, el Pullman Bus sólo llevaba 14 pasajeros, saltaba del camino y detenía su marcha contra el lado opuesto. Un violento frenazo detuvo la otra máquina a escasos metros del micro destrozado. Los excursionistas saltaron a tierra tratando de convencerse de que el accidente no era tan grave como parecía a simple vista.

cadáveres

Pero varios cadáveres botados a lo largo del camino y restos de mutilaciones entre los fierros retorcidos del micro les dieron las trágicas proporciones de lo sufrido por sus compañeros de trabajo.

socorro

De inmediato sonaron las sirenas bomberiles en el entonces pueblo sanantonino y la noticia se esparció desde lo bajo de la ciudad a lo alto de los entonces cerros porteños, iniciándose el despliegue de Carabineros, Bomberos, personal de salud y voluntarios para asistir a las víctimas de tan horrendo hecho.

hospital

El hospital Claudio Vicuña prácticamente no dio abasto para atender a tantos heridos y lesionados. Hasta en un tren se trasladó a muchos de ellos, mientras en la Estación de Barrancas esperaban ambulancias para llevarlos al establecimiento asistencial que en esa época sufría gran pobreza en implementación.

Fuente: Diario El Líder