Alejandro Blackwood había nacido en escocia en 1845, tenía 24 años, había ingresado a la 1ª Cía. el 8 de febrero de 1869; era de profesión carpintero y compañero de viajes del inmortal explorador británico John Livingstone. Fue el peticionario Nº 245 para ser iniciado en la Logia “Bethesda” de Valparaíso; la solicitud la presentó el 13 de noviembre de 1865, fue aceptado el 11 de diciembre del mismo año. Para el período 1867-1868 había sido elegido Segundo Vigilante, al momento de su muerte tenía 15 días de servicio en la 1ª Compañía, al igual que su compañero Eduardo Rodríguez, comerciante nacido en Colombia, quien vestía por primera vez el uniforme “Primerino”. Guillermo 2º Lawrence, también comerciante nacido en Concepción, hijo primogénito de ingleses, había llegado hacía poco tiempo de Inglaterra adonde sus padres lo habían enviado a perfeccionar sus conocimientos, estableciéndose en Valparaíso que era el centro comercial del país. Su hermano C.H. Lawrence siguiendo el heroico ejemplo de su hermano mayor, ingresó también a la 1ª Cía. el 12 de noviembre de 1869 a cubrir el puesto de su hermano mártir. Las exequias de estos valientes bomberos fueron sin parangón, hasta años más tarde cuando fueron recibidos en Valparaíso los restos de Arturo Prat y los Héroes de Iquique. Delegaciones bomberiles de diferentes ciudades de Chile asistieron a los funerales, rindiendo un póstumo homenaje de reconocimiento a los nuevos mártires. El largo cortejo marchó desde el Cuartel General del Cuerpo de Bomberos hacia al campo santo precedido por la banda de música de de Artillería de Marina, delegaciones de la marina y el ejército, marinos franceses, el Ministro del Interior y RR.EE. Miguel Luis Amunátegui Aldunate y los Ministros de Hacienda Melchor Concha y Toro, y Justicia Culto e Instrucción Pública Joaquín Blest Gana con las principales autoridades de Valparaíso, encabezadas por el Intendente don José Ramón Lira Calvo, el Alcalde de la ciudad, el Cuerpo Consular, el Directorio del Cuerpo de Bomberos, comerciantes, oficiales de marina nacionales, el comodoro de Su Majestad Británica, oficiales extranjeros, las cuatro logias masónicas, en número de 400 a 500, con el distintivo de una hoja de acacia, gran número de particulares, el diputado don Manuel A. Matta y su hermano Guillermo”. En total, entre cuatro mil y cinco mil personas. La banda de la Artillería Cívica Naval acompañaba tocando marchas fúnebres a los tres carros mortuorios, con los uniformes de los mártires sobre el cajón, tirados por dos miembros de cada compañía”, Lawrence y Blackwood fueron sepultados en el Cementerio de Disidentes, donde solo se permitió el ingreso de las autoridades y bomberos, y el cuerpo de Rodríguez en el Mausoleo de los Mártires del Cuerpo de Bomberos en el Cementerio Nº1, algunos historiadores señalan también el mausoleo de la 3ª Cía. “Cousiño y A. Edwards”. Durante la ceremonia bomberil de despedida de los tres mártires de la 1ª Cía. hubo una corta ceremonia en la que las sociedades masónicas de Valparaíso, acompañadas de un considerable número de masones extranjeros, acudieron también en cuerpo a rendir los últimos honores a las lamentadas víctimas del deber y de la humanidad y en especial al joven Alejandro Blackwood, Segundo Vigilante y miembro querido de la logia Bethesda de esta ciudad. Días después el diario “La Patria” informaba de la despedida que los hermanos masones ofrecieron a los mártires, señalando: “…la institución masónica debía hacer acto especial de presencia en un caso como el señalado, en que se tributaba tan alto y merecido homenaje a las grandes virtudes sociales que ella cultiva y procura desarrollar entre sus afiliados…”. Benicio Álamos González, a la sazón Director de la 9ª Compañía de Bomberos de Valparaíso, Venerable Maestro de “Unión Fraternal” Nº 1 y Gran Orador adjunto de la Gran Logia de Chile, pronunció un emotivo discurso, en el cual expresó: “El masón que trabaja misteriosamente por el progreso, por la filantropía y por la fraternidad humana, ejecuta por cierto una obra bastante abnegada, porque jamás la mano derecha sabe lo que ejecuta la izquierda. Pero al menos, al través de esos trabajos, hay ciertas consideraciones personales y la esperanza de garantizar la felicidad de los suyos, multiplicando el número de sus hermanos. “Pero el bombero voluntario ¿qué espera? Nada. Para él no hay glorias ni hay inmortalidad, no hay recompensas futuras. Todo lo hace para el bien de la humanidad, por la más pura y desinteresada abnegación”. Don David Trumbull, miembro de la Logia “Bethesda”, a la que pertenecía el mártir Alejandro Blackwood, y pastor de la Iglesia Presbiteriana, pronunció un discurso de carácter religioso. En Santiago, el drama conmovió también a la ciudadanía. Todas las compañías de bomberos pusieron sus banderas a media asta y las cubrieron con crespón negro en señal de duelo. El día 27 de febrero la 1ª Compañía de Bomberos de Santiago y la 6ª Compañía de Salvadores y Guardia de Propiedad de la misma ciudad, enviaron sus condolencias e informando del acuerdo tomado por esa unidad bomberil, señalando: COMPAÑÍA DE SALVADORES I GUARDIA DE PROPIEDAD DE SANTIAGO Santiago, Febrero 27 de 1869.- Señor Director 1ª Compañía de Valparaíso. don Francisco C. Brown, La Junta de Oficiales, de la Compañía de Salvadores i Guardia de Propiedad tienen el honor de dar cumplimiento al siguiente acuerdo, celebrado en reunión de hoy, referente a honrar la memoria de sus hermanos del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso acaecida en el fatal incendio del 24 del actual. “Como una prueba de su admiración por el entusiasmo i arrojo de las ilustres víctimas, la Compañía acuerda consignar en su libro de actas los nombres de los señores: Don Alejandro Blackwood Don Eduardo Rodríguez i Don Guillermo Lawrence, i encargar a su Tesorero la adquisición de los retratos de dichos señores, los que serán colocados, para servir de ejemplo de abnegación i de virtud en el salón de sesiones de la Compañía”. “El presente acuerdo será puesto por secretaría en conocimiento del señor Director de la 1ª Compañía del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, a quien se dirigirá igualmente una nota de pésame por la sensible pérdida de sus heroicos miembros”. Después de esta espontánea y justa manifestación, el infrascrito cree inútil insistir en expresar a U. el profundo duelo que los miembros de la Compañía han sentido por tamaña desgracia, comparable tan solo al inmenso entusiasmo de las víctimas. Con los más sinceros sentimientos de fraternidad, tengo la honra de ofrecerme d U. Afectísimo i S.S. José Antonio Tiska, Capitán Arturo Villarroel Garezón, Secretario Accidental Conforme Pedro Montt El Directorio del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso escribió una sentida carta a las familias de los bomberos mártires. En parte de ella expresa: “El Cuerpo de Bomberos conservará imperecedero el recuerdo de esas preciosas víctimas y su primer deber, mientras exista, será guardar de la manera más solemne tan querida y triste memoria (…)”. Dos días antes, el 4 de marzo, la 1ª Compañía de Bomberos de Valparaíso, representada por su Director, Francisco C. Brown, y Carlos E. Browne, agradece las condolencias recibidas. Su dolor es aún mayor, por cuanto estos voluntarios, se habían incorporado hacía poco tiempo a la institución: “Profundamente nos ha impresionado ver a tres estimados compañeros, que apenas se incorporaban en nuestras filas para combatir nuestro enemigo común (…)”. El funeral concluyó a las dos y cuarto de la tarde y fue despedido por los bomberos y particulares en la Plaza del Orden (hoy Aníbal Pinto Garmendia). Se recibieron condolencias de los Cuerpos de Bomberos de Chile y del hermano país del Perú, Compagnia Italiana Pompieri “Lima”, Compagnia Italiana Pompieri “Bellavista” de Callao y la Comandancia de la Compañía “Unión Chalaca” Nº 1 de Callao. El 24 de febrero de 1979, es decir 110 años después de esta tragedia, la I. Municipalidad de Valparaíso interpretando el sentir de la comunidad y representada por el Alcalde de la ciudad don Francisco Bartolucci Johnston, rindió un homenaje a estos tres héroes de la paz, descubriendo una placa de bronce recordatoria en el lugar donde cayeron, Quebrada del Almendro (hoy Coronel Pedro Urriola) entre la calle de la Aduana (hoy Arturo Prat) y la calle de Cochrane. Como señalara el Director de la 1ª Compañía don Sergio González Muñoz frente a las autoridades de Valparaíso, y las del Cuerpo de Bomberos encabezadas por el Superintendente don William Kenchington Mannzen (11ª) y el Comandante don Ignacio Vidal Torres (8ª) presentes en la emotiva ceremonia por el recuerdo de tristes sucesos: “.. El sacrificio sublime de estos 3 jóvenes enorgullece la historia de nuestra Compañía..”. A su vez el Alcalde señor Bartolucci, destacó que junto con recordar a los mártires: “... era el testimonio de la profunda gratitud y orgullo que la ciudadanía siente para su Cuerpo de Bomberos, cuyos voluntarios dan todo de sí sin pensar en sí...”. “... Por ello señor Superintendente sírvase recibir este emocionado sentimiento de gratitud hacia todo los bomberos de la ciudad, por quienes sentimos desde lo profundo de nuestro corazón un legítimo orgullo”. Por su parte la “Primera”, acordó fijar el día 24 de febrero como el “Día de los Mártires”, realizando anualmente un solemne homenaje en la sala de máquinas del cuartel. En este lugar se conservan los tres medallones que inicialmente estuvieron en el monumento al bombero.